Invertir siempre es un desafío: acá tenés una guía simple, fácil e intuitiva para invertir tu dinero en un plazo fijo y no desesperarte en el intento. Invertir es una forma de no perder el valor del dinero que tenés en la mano, en el bolsillo o en tu cuenta bancaria. Guardar el dinero en tu casa no sólo es inseguro, sino que es un ‘mal negocio’, ya que con el correr de los días irá perdiendo valor por la inflación. Para evitar eso e incluso hacer aumentar tus ahorros, es importante estudiar las alternativas que ofrece el sistema financiero. Lo primero que tenés que aprender es que hay múltiples instrumentos para invertir, con distintas características, puntos a favor y en contra. Por lo tanto, antes de empezar a hacerlo es importante preguntarse cuáles son los objetivos de esa inversión: ¿es de corto, mediano o largo plazo? ¿Necesitás el dinero rápido o podés esperar? ¿Sos conservador, de perfil moderado, o, por el contrario, estás dispuesto a asumir riesgos? ¿Necesitás dar un primer paso que sea simple y fácil de entender? También es importante que pierdas los miedos. Si estás informado, invertir es seguro, solo tenés que conocer bien las formas de invertir para tomar decisiones que se adapten a tus preferencias y necesidades. Uno de los instrumentos más fáciles de usar es el plazo fijo. Hay diversos tipos: desde los tradicionales en pesos o en moneda extranjera hasta los de renta variable o fija. A continuación te contaremos cuál es cuál y qué hacer si no tenés una cuenta bancaria.

Tipos de plazos fijos

El plazo fijo clásico es una alternativa de inversión en la que se pacta el plazo y la tasa de interés antes de invertir. Depositás tu dinero en el banco por un tiempo determinado y, al finalizar ese período, recibís el monto que depositaste más un adicional en concepto de interés. Como el dinero está inmovilizado hasta la fecha de finalización del plazo fijo, tenés que fijarte si crees que en ese lapso el interés que te da el plazo fijo será mayor que la inflación proyectada. El plazo mínimo es de 30 días. El plazo fijo en dólares, en tanto, te permite sumarle rendimiento a tus ahorros en dólares, obteniendo una renta para el plazo que elijas, siempre a partir de los 30 días de haberlo hecho. Un instrumento muy utilizado en la actualidad es el plazo fijo UVA. Esa sigla significa Unidad de Valor Adquisitivo y es un valor que va subiendo según la suba de precios. En este caso, se deposita el dinero, éste se convierte en UVAs y al final del periodo se vuelve a convertir a pesos. Como el precio del UVA varía en forma diaria según cuánta inflación haya, al final el depositante recibirá más pesos, en función de ese aumento. En algunos casos, los bancos dan una tasa de interés adicional sobre esa variación, en general del 1%. De esa manera, efectivamente se logra “ganarle a la inflación”. Tiene dos variantes: el UVA “común” o no precancelable y el UVA precancelable. En el primero, el ahorrista debe congelar su dinero, como mínimo, durante 90 días. En cambio, en la opción precancelable se puede retirar el dinero transcurridos los 30 días de plazo, pero con un interés menor al que brinda el UVA común. Destacado: Con los plazos fijos UVA es posible ‘ganarle a la inflación’. Por su parte, el plazo fijo BADLAR es otra opción que ofrece un interés mixto: cuenta con una tasa fija y una tasa variable. La variable es la tasa de interés BADLAR que publica el Banco Central para depósitos a plazo fijo mayores a un millón de pesos de bancos privados. Esta alternativa es conveniente si tenés un monto alto de dinero para invertir. El plazo mínimo de depósito es de 180 días.

Tipos de plazos fijos

El sistema bancario en la Argentina también ofrece otra alternativa muy atractiva: invertir en plazos fijos en bancos donde no tenés cuenta. Podés buscar aquella entidad que ofrezca una tasa de interés más alta, simular tu plazo fijo online con el monto que deseas invertir, y aceptar la propuesta que más te convenga.

El plazo fijo es un instrumento fácil, simple y seguro. Una excelente opción para los que recién se inician en las inversiones.

Otro dato importante es que los plazos fijos suelen dar mayor tasa de interés mientras mayor sea el plazo a depositar. Es decir, si suscribís un plazo fijo a 30 días, la tasa de interés suele ser menor a si lo dejás 2 o 3 meses. En ocasiones, sin embargo, puede ser mejor depositar un plazo fijo a 30 días, luego reinvertirlo con sus intereses otro mes, y finalmente volver a reinvertir todo un mes más. Por eso siempre es importante que revises la tasa de interés real que aportará el plazo fijo. El único punto en contra del plazo fijo es que no tenés liquidez durante el lapso en el que tu dinero está depositado. En cambio, una de las ventajas es su previsibilidad. Culminado el tiempo pactado, el dinero volverá a tu cuenta, más el interés que ganes con el plazo fijo. Para los recién iniciados en las inversiones, es un instrumento ideal: fácil, simple y seguro. Ya no tenés más excusas. Ahora sabés todo lo que necesitabas saber. El plazo fijo es una opción para hacer rendir mejor tu dinero. ¡Elegí qué variante se adapta mejor a tus necesidades!