Tomarse un tiempo de descanso está perfecto, y qué mejor que hacerlo cuidando el bolsillo.
Se acerca el fin de año y con él llegan las tan anheladas vacaciones. Un momento ideal para reflexionar, descansar y bajar un cambio después de tanto esfuerzo. Y una forma de hacerlo es saliendo de esa “famosa rutina” en búsqueda de nuevas experiencias. Por ejemplo, a través de viajes o “escapadas”.
Sabemos que el único impedimento para no hacerlo es el dinero. Por eso, si te encontrás organizando tus vacaciones y querés hacerlo de la mejor manera posible, te dejamos una guía para no derrochar tus ingresos y, sobre todo, no sacrificar placeres.
Sacar cuentas
Evidentemente, lo primero que hay que hacer es sacar cuentas y analizar la situación financiera actual. Es importante conocer con cuánto dinero contamos para irnos de vacaciones, qué capital puede usarse y cuál pertenece a un fondo de emergencia, etc.
Si estuvimos ahorrando durante mucho tiempo, entonces tendremos un mayor margen de maniobra para visitar nuevos lugares. En cambio, si tomamos la decisión de vacacionar hace pocas semanas, tal vez no haya tanto dinero.
En una simple planilla de cálculos, habrá que colocar los ingresos, los gastos y los ahorros. Posteriormente, solo hay que separar cuál será el máximo disponible para gastar en vacaciones.
Analizar el destino
Luego, teniendo en cuenta los ahorros seleccionados, hay que analizar el destino: no es lo mismo querer vacacionar en Cancún durante un mes que desear visitar Mar del Tuyú durante una semana. Si bien esta instancia es totalmente subjetiva y dependerá de los gustos y necesidades de cada individuo, hay que aplicar el sentido común y no querer ir más allá de las posibilidades. Y si no sabemos bien cuál será el destino, entonces no estará de más buscar promociones que ofrezcan paquetes de viaje y estadía con descuento.
Comparar precios
La clave del ahorro en vacaciones se encuentra en la comparación de precios. ¿Precios de qué? De todo: hoteles, cabañas, comida, transporte, excursiones, paquetes completos, ropa. Si no comparamos precios, correremos el riesgo de pagar muy caro algo que podríamos haber adquirido con descuento y/o en cuotas, por ejemplo.
Afortunadamente, hoy es posible comparar precios de manera muy sencilla mediante algunas webs y plataformas especializadas, lo que nos ahorra el tiempo de tener que visitar o contactar a las agencias de turismo directamente.
Obtener beneficios de corto plazo
Una vez que esté todo decidido y ya sepamos cuánto y cuándo pagar, habrá que aplicar la inteligencia financiera para obtener un pequeño beneficio económico.
Si contamos con el dinero para abonar el alojamiento de forma presencial, pero lo haremos recién la próxima semana, entonces podríamos colocar el capital en un fondo común de inversión de corto plazo o bien en una caución bursátil, para así ganar una ligera diferencia.
En tanto, si las vacaciones serán dentro de varios meses, o incluso años, entonces podremos armar una estrategia de más mediano plazo y adquirir otros activos financieros, o directamente comprar dólares para no perder contra la inflación local.
Pensar con claridad
Sin importar el destino, las fechas y la cantidad de ahorros, siempre hay que pensar con claridad. Tomarse un descanso luego de varios meses de arduo trabajo es una forma excelente de disfrutar de la vida, pero no por ello tenemos que gastar como si no hubiera un mañana.
Al final de cuentas, las vacaciones se terminarán y habrá que volver a la rutina, en donde las finanzas personales tienen que ser sólidas y estables para no caer en deudas u otras malas prácticas que son perjudiciales a largo plazo.